Durante el año pasado, muchos de los niños y familias a los que servimos siguen estando entre los más afectados por la pandemia de coronavirus. Luchan a diario contra un aumento de los problemas de salud mental y conductual, la inseguridad alimentaria y de vivienda y la reducción del apoyo comunitario. Estos factores estresantes a menudo obstaculizan su capacidad para superar el trauma, pero a pesar de esos desafíos, el 71% de los niños a los que atendemos han visto una reducción significativa y mensurable de la depresión, la ansiedad y las tendencias suicidas gracias a los programas que sus donaciones apoyan directamente.
En esta temporada navideña, utilizaremos cuidadosamente los fondos que se nos han confiado para ayudar familias como la de Stefan con necesidades como alquiler, comida y ropa, así como servicios esenciales de salud conductual que garantizan que los niños y adolescentes puedan prosperar en la escuela y en el hogar.